lunes, 19 de julio de 2010

Los agresores también son personas


La entrevista al Doctor en Pedagogía y Profesor tutor de la Uned Gerardo M. Fernández González, sobre la violencia escolar y el bullying, nos permite contemplar la figura del agresor como una persona que necesita ayuda.
Si, estoy totalmente de acuerdo. No tengo la menor duda. El agresor tiene un problema, no sólo con el agredido, con el que se ha generado el conflicto, pero sobre todo lo tiene consigo mismo, por ser agresor. También tiene un deficit de equilibrio personal, de falta de comunicación con su entorno, de falta de comunicación con su interior. El agresor también es una persona, psicológicamente frágil, aunque la imagen que ha dado es de ser el fuerte. Este desequilibrio entre su interior y el exterior que él tiene no cabe la menor duda de que le produce conflicto ya su propio yo.
Para acabar, creo hay que prevenir los conflictos y si surgen hay que resolverlos, no se deben negar, ni evitar, pues realmente siempre existiran pues la convivencia entre personas los generan. Cuando lamentablemente se llega a la agresión, a la violencia, ahí ya no hay ganadores ni perdedores, porqué algo se ha roto.
Ahí también debe intervenir el diálogo y la voluntad respectiva de reconstrucción.

La violencia escolar se reduce a la mitad en el último curso


La violencia Escolar


Los centros educativos son un lugar de encuentro de la diversidad. Cuando digo diversidad me refiero a las diferencias humanas, no raciales, por supuesto. Diferencias que pueden ser de tipo social, económico, cultural, de origen o nacionalidad.
Todos somos diferentes, por eso somos humanos. El saber convivir con nuestras diferencias, saber respetarlas, saber aceptarlas, hace que seamos mucho más personas. Nos ayuda a evolucionar.
Ya se sabe que la ignorancia, el miedo a lo desconocido, lo nuevo puede provocar reacciones de incomodidad. Estas reacciones, en algunas personas, se llega a traducir en el rechazo, la exclusión, la marginación, el maltrato.
Además los centros educativos son lugares de aprendizaje, de intercambio, donde la comunicación y el diálogo deben fluir, sin trabas, sin tabus.
Esta debe estar presente en el aula, en todo acto de enseñanza-aprendizaje,entre maestro o profesor y alumno. Si ambos se comunican regularmente se conocerán mutuamente.
El profesor debe conocer a sus alumnos, el alumno debe conocer a su profesor.
Fallando esto, el diálogo, no se puede prevenir ni detectar ningún tipo de situación conflictiva.
Si el diálogo esta presente en el aula, es difícil que se genere algún conflicto que no se pueda resolver por la vía del diálogo.
A través de este, ya se ha aprendido a escuchar a los demás, a respetar su turno de palabra, a oír diferentes opiniones, a respetarlas,
a exponer ideas propias, a aceptar que no siempre se tiene razón.
Los debates en el aula podrían ser un buen ejemplo de ejercicio comunicativo entre alumnos. “Entre iguales”. Se pueden proponer temas actuales, temas que afecten directamente al funcionamiento del aula, a su organización. También pueden tratarse temas más personales, a través de los cuales los chicos se expresen sobre sus gustos, aficiones, sentimientos.
En estas asambleas o debates ya se inicia el aprendizaje comunicativo. Se potencia la reflexión, el análisis, la resolución de problemas. Todo ello óptimo para el desarrollo de la propia persona y a su socialización.
Para acabar, creo que la violencia en las aulas puede reducirse e incluso, algún día, espero que no muy tardío, pueda ser erradicada totalmente. Para ello debemos estar muy atentos, todos, observar. Pero no sólo observar, también actuar, desde edades muy tempranas donde ya se debe trabajar en la prevención.